Muchas
personas y empresas se ponen a “temblar” cuando escuchan a alguien que habla de
estrategia.
Nos
podemos encontrar comentarios del siguiente tipo:
-
¿Estrategia? Eso
no va conmigo, eso lo utilizan las grandes empresas y no se si funciona o no,
porque me da la sensación de que es un gran negocio para los consultores de
estrategia.
Pienso
que pueden tener razón en parte.
Puede
ser un gran negocio para los consultores de estrategia pero todas las empresas tienen que incorporar la estrategia en su desarrollo.
El
80% de que algo salga bien se debe a lo bien que se haya reflexionado y planteado.
Es
un porcentaje muy alto, entonces ¿por qué no incorporar la reflexión
estratégica en nuestra empresa?
La
estrategia no es sólo para las grandes empresas, es necesaria para todas.
Y
esta reflexión estratégica no sólo se incorpora al inicio del negocio sino que
hay que ir desarrollándola cada cierto tiempo. La empresa se mueve en un entorno dinámico, en continuo
movimiento, y tenemos que ser capaces de conocer perfectamente nuestro
posicionamiento y si se ajusta o no a los objetivos que nos planteamos en el
negocio que estamos desarrollando.
Hay
que perder el miedo a desarrollar reflexiones estratégicas.
La
empresa debe establecer hacia dónde quiere ir, qué quiere conseguir y qué tiene
que hacer para conseguirlo.
Es
decir, establecer su misión, objetivos y medios para conseguirlos.
Para
ello es fundamental:
- Determinar los objetivos de la empresa.
- Establecer los procesos necesarios para alcanzar
los objetivos marcados.
- Contar con las personas adecuadas.
Si
conseguimos los tres puntos anteriores tendremos más posibilidades de alcanzar
el éxito. ¿No merece la pena dedicar un
tiempo a la reflexión estratégica?
Con
una buena reflexión estratégica, el mundo está al alcance de la mano.
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