Escribo este post como continuación a los anteriores. Si recordáis, dediqué los anteriores a reflexionar sobre los principales obstáculos
o dificultades que una empresa debía de hacer frente a la hora de abordar un proceso de exportación.
Titulé los posts “Se puede exportar … si se quiere” para
hacer énfasis en el hecho de que para exportar es necesario dedicación,
sacrificio e inversión. Muchas empresas no son conscientes de ello y tratan de
emprender procesos de exportación sin invertir lo suficiente para sentar las bases necesarias para abordar el
proceso con las mayores garantías de éxito.
Si recordáis,
establecía dos tipos de dificultades, unas estructurales
y otras operativas.
Todas estas
dificultades las representaba en el siguiente dibujo:
En el anterior post comentaba las dificultades
estructurales (tamaño de la empresa, recursos financieros, falta de
financiación, productos y personal especializado).
El post de hoy lo
voy a dedicar a los obstáculos o dificultades
operativas a las que una empresa tiene que hacer frente a la hora de
exportar. No todas las empresas las tendrán que afrontar de la misma manera,
dependerá de sus características y situación, pero es importante tenerlas en cuenta y reflexionar sobre
ellas.
Empecemos a verlas
siguiendo el orden que ofrece el dibujo, secuencia lógica desde que se inicia
el proceso de exportación hasta que finaliza con la entrega de la mercancía
vendida.
¿Cómo empezamos? ¿Qué
dificultades nos encontramos?
·
Estrategia
internacional: a la hora de abordar un proceso de
exportación es necesario que la empresa considere que es fruto de su estrategia
empresarial. No debe ser algo puntual o consecuencia de una falta de ventas en
el mercado doméstico. Debe ser salgo reflexionado e incluido en la estrategia
de la empresa.
·
Productos
exportables: ¿qué podemos vender en el exterior?
¿todos nuestros productos o servicios se pueden vender en el exterior? ¿sólo
algunos? Es necesario que la empresa reflexione sobre este punto, analice sus
productos y seleccione aquellos productos y unidades de negocio con mayor
potencial en los mercados exteriores. Pero hay que cambiar el enfoque y pasar
de un enfoque país a un enfoque cliente. ¿podemos ofrecer a los clientes lo que
están demandando? Dejemos de pensar sólo en nuestro producto y adaptémoslo a lo
que se demanda.
·
Selección
de mercados internacionales: ¿a dónde vendemos? ¿qué mercados
son los más apropiados para mi empresa? ¿los de mayor oportunidad? Una buena
selección de los mercados objetivos es clave para dirigir el proceso de
exportación. La empresa tiene que saber seleccionar estos mercados.
·
Idiomas
y cultura: una vez seleccionado el mercado objetivo es
necesario entender las características y cultura de ese mercado. En muy
importante también ser consciente de la importancia que tiene contar con
profesionales que hablen idiomas y que sean capaces de comunicarse con los
potenciales clientes internacionales.
·
Conocimiento
de competidores: vamos a estar compitiendo en un
mercado, tratando de conseguir una “porción de la tarta”. Para ello vamos a
tener que desplazar a otras empresas. Pero, … ¿conocemos a los competidores a
los que nos tenemos que enfrentar? ¿cómo podemos luchar contra ellos si no los
conocemos? ¿cómo podemos diferenciarnos y ofrecer ventajas competitivas si no
los conocemos? Es importante investigar y conocerles.
·
Precios
y rentabilidad: tenemos que ser capaces de establecer
correctamente el precio de exportación de nuestros productos y conocer la
rentabilidad de las operaciones que realizamos. ¡Cuántas empresas hay que no
prestan a suficiente atención a este punto!
·
Diferenciación:
en la mayor parte de las ocasiones nos vamos a encontrar en mercados maduros
con un alto nivel de competencia. Para hacer frente a ella con las mayores posibilidades
de éxito vamos a tener que buscar una especialización y una diferenciación que
nos distinga de nuestra competencia haciéndonos más atractivos para los
potenciales clientes. Este es un punto importante sobre el que la empresa tiene
que reflexionar.
·
Búsqueda
de clientes: ¿cómo identificamos y localizamos
potenciales clientes? Es importante realizar una buena segmentación de clientes
y luego una investigación para poder localizarlos. Para ello podemos contar con
ayuda externa (consultores especializados, Cámaras de Comercio, Oficinas
Comerciales en los mercados de destino, …).
·
Optimización
de marketing: hemos elegido los productos
exportables, los mercados objetivos, los potenciales clientes, … ahora ¿cómo
promocionamos comercialmente nuestros productos?. ¿Estamos desarrollando una
estrategia de marketing adecuada? Es importante reflexionar sobre el marketing
más adecuado a desarrollar.
·
Actividades comerciales y seguimiento de clientes: es
importante seleccionar bien las actividades comerciales que se van a
desarrollar en el país objetivo y hacer un seguimiento de las mismas (muchas
veces el día a día de la empresa a la vuelta impide el seguimiento de los
contactos realizados y se pierden oportunidades de negocio)
·
Negociación: es fundamental ir lo más preparado
posible a la negociación con los potenciales clientes, conociendo la cultura de
la negociación, nuestros valores diferenciales respecto a la competencia,
precios, descuentos, ...
·
Logística: la gestión de la logística también es un
aspecto clave en la operación y la empresa debe ser consciente de ello.
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