domingo, 22 de enero de 2012

Sería un lujo no pensar en clave internacional

Cuando yo era pequeño e iba al colegio no era habitual encontrar personas de otros países. Podías encontrarte a algún compañero de origen chino, hijo de algunas de las personas que regentaban restaurantes chinos y con un poco de suerte, porque vivía en Madrid, podía encontarme algún hijo de extranjeros que trabajaban en embajadas o empresas multinacionales.

Pero todo esto ha cambiado. Ahora es habitual que en los colegios nos encontremos con niños de muchas nacionalidades. Mis hijos ya encuentran normal eso, tienen en su mente la internacionalización como algo normal. Y lo que es mejor, sin saberlo. Con total naturalidad.

A nivel empresarial pasa lo mismo. Antes nos valía el mercado nacional. Es un mercado grande de 47 millones de habitantes y trabajábamos bien en él.

Ahora, la globalización del mundo y el desarrollo tecnológico nos obliga a pensar en clave internacional, aunque no vendamos fuera tenemos que hacerlo porque los de fuera están viniendo aquí y tenemos que defender nuestra parcela porque la tarta es la misma, e incluso menor porque hay gente que ya no come y sobra tarte porque no se consume .

Cuando yo era pequeño me sabía de memoria la alineación de mi equipo de fútbol (11 jugadores, 8 españoles y 3 extranjeros). Ahora también me la se, pero de manera diferente (11 jugadores, 8 extranjeros y 3 españoles). Y si hablamos de mi equipo de baloncesto ocurre lo mismo, antes 5 jugadores, 3 españoles y 2 extranjeros y ahora 3 extranjeros y 2 españoles.

Si todo esto lo vemos en nuestra vida normal, ¿por que no lo tenemos en cuenta en el desarrollo de nuestra empresa?

¿No creeis que merece la pena incorporar en nuestra reflexión estratégica un análisis sobre la internacionalización y cómo nos afecta o nos puede afectar en nuestra actividad?.

E internacionalización no es sólo vender fuera sino comprar fuera, competir con empresas extranjeras, ...

Y todo ello con una cosa que se está todo el día entrometiendo en nuestras vidas y relaciones personales y profesionales que se llama tecnología y que está cambiando la forma de relacionarnos y gestionar las cosas.

Creo que sería un lujo no pensar ahora en clave internacional, al alcance de muy pocos.

Ignacio Jiménez Urueña

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